Fuego Fuera de Control: Guy Montag
Me llamo Guy Montag. Soy un bombero. Pero no de los bomberos que apagan fuego, esos de los que hace años que no hay, sino que de los que lo crean. Mi labor es quemar libros. Platón, Shakespeare, Mahatma Gandhi, difícil saber como es que si quiera sé sus nombres. Lo único que tengo permitido leer es el manual de los bomberos.
Al ser bombero, mi cara está siempre llena de hollín. Quemaduras. Y olor a petróleo. Cuando estoy de turno, llevo un casco negro con el número 451 en él (la temperatura a la que arden los libros), una chaqueta a prueba de fuego. Todos los bomberos nos parecemos.
Dibujo hecho por |
Pero hay algo que me distingue del resto de ellos, y para mal. Curiosidad. Me preguntaba qué tienen los libros que son tan peligrosos. Y eso también me da miedo. Pasé crisis tras crisis, soy algo inestable también. Pero lo superé, y ahora soy alguien revolucionario, quién trae el cambio.
Y entorno a eso gira mi historia, mi problema. Hasta donde yo recordaba, mi trabajo me hacía feliz: veía libro tras libro quemarse, ¡y por mi mano! Me dormía cada noche con una sonrisa en mi cara. Pero claro, eso cambió. Me comencé a cuestionar muchos aspectos de esta sociedad. ¿Somos... felices? ¿A qué costo mantenemos esta "felicidad"? ¿Qué tienen los libros, que ponen en riesgo este equilibrio? La verdad... siempre me había preguntado estas cosas, mas nunca me había llegado a afectar. Pero conocí a gente, un par de personas distintas al resto: un señor, antiguo profesor de literatura, recitando un poema en el parque; una joven, que gastaba su tiempo viendo las estrellas y haciendo preguntas absurdas: más gente como yo, y sin miedo. Y bueno, ahí comenzaron mis problemas, porque no a todos les agradaba mi curiosidad. Mejor dicho, a nadie, salvo a los que de por sí eran curiosos.
Descubrí cosas que otros no querían que descubriera. Quienes nos dirigen no quieren que pensemos, porque "la ignorancia es felicidad". ¿Y si no estás de acuerdo? Quemamos tu casa, contigo dentro si es necesario. Todo con tal de quemar esos monstruosos libros. Y... aquí entra mi crisis. No sabía en qué creer, ¿soy un traidor, un revolucionario? Al final son dos caras de la misma moneda: Traidor para muchos, revolucionario para pocos.
Así que me escondí, temí por mi vida, por la de quienes creía querer y la de quienes quería como maestros. Llegado el momento, luché. Y luego, escapé.
En fin, por eso es mi historia y mi travesía.
Son mis reflexiones.
Mis pensamientos.
Mi búsqueda de la verdad.
No no no, la curiosidad no debe ser visto como algo malo. Lo único malo sería no tener el valor para demostrar dicha curiosidad al mundo, yo no he tenido la valentía necesaria para hacerlo, he sido un cobarde demasiado tiempo.
ResponderBorrarPero tú tienes la oportunidad de actuar distinto.
Para mí, tú eres un revolucionario.
Soy una amiga de tu esposa Mildred. No sé si me recuerdes, espero que no.
ResponderBorrarHabía algo raro contigo, yo se lo dije más de una vez a Mildred. ¿Qué es eso de leer un poema cuando tienes 3 pantallas frente tuyo en las que puedes hablar con quien quieras? ¿Qué acaso no tienes respeto por la "familia"?
Eres un ser... deplorable, nos quitas nuestra felicidad. No necesitamos algo tan retorcido como un libro. Y tu labor, como bombero, es quemarlos. Por el bien común. Por nuestro bienestar.
Está bien tener algo de curiosidad, todo bombero pasa por eso. Yo, personalmente, he pasado por eso. Pero solo puede durar unos instantes. Debes darte cuenta de cuándo estás pasando un límite que te pone en peligro a ti y a nosotros.
ResponderBorrarSacia esa curiosidad y luego vuelve a ser el que has sido siempre. Eso es lo que debes hacer.